La mujer rica

Los lujos que "incomodan" al alma

Interesante historia de una mujer que no dejaba que sus riquezas mostraran el amor de Dios

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Un amigo, que trabaja como reportero en un canal de televisión, tuvo la oportunidad de realizar una serie de entrevistas para una famosa mujer de la localidad, esta mujer vivía una vida llena de lujos. La entrevista se realizó en la residencia de la mujer rica y cuenta mi amigo que él y su equipo de producción, maravillados veían como esa residencia estaba llena de objetos de gran valor.

                                               

Para la entrevista se iba a utilizar la sala de visitas importantes y por tal motivo todo el equipo se dirigió hacia ese lugar. Grande fue su sorpresa cuando repentinamente la mujer horrorizada les pedía casi a gritos que tenían que usar protección especial en sus calzados para que no fueran a maltratar y ensuciar una fina, y de precio muy elevado, alfombra que había adquirido en Asia.

Mi amigo acepto un poco desconcertado dándole la razón a la dama, por lo que él y su equipo de producción accedieron a ponerse protección especial a su calzado. 

La entrevista se realizó con éxito pero mi amigo notó que la mujer constantemente interrumpe la entrevista para dar instrucciones a sus empleados del cuidado en los lujos de la residencia.

Reflexión

No es un delito llenarse de lujos y de bienes adquiridos con esfuerzo, podemos tener toda clase de riquezas materiales que llenan nuestros egos y nuestras carencias de otros años. Son bienes que nos costaron años de trabajo, sudor y sacrificios y sentimos que tenemos el derecho de tenerlos y los adquirimos sin ver más allá de que son simples objetos que "llenarán" muchos de nuestros huecos en nuestra vanidad, una vanidad adquirida con el cúmulo de riquezas y los años alejados de Dios.
Consejo

Nunca dejes que los bienes materiales que adquieras sobrepasen tu riqueza espiritual, por ningún motivo dejes que las riquezas materiales estén por encima de Dios.

Esta mujer rica tenía el alma "incómoda" por el cuidado de esta alfombra y de los lujos en su casa, vivía constantemente pendiente de su riqueza y se olvidó por completo que tenía que expresar amor de Dios ante sus invitados, ante la sociedad pero sobre todo ante esa mujer que veía todos los días frente al espejo, hacía ella misma.

No descuidemos nuestra riqueza espiritual por cuidar de nuestra riqueza material sobre todo ante los ojos de Dios.

Lucas 18, 25

Porque es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.

Reflexiones para Vivir en Paz

las imágenes no representan la realidad de la historia y se utilizan sólo como ilustración