Papá y Mamá, esas hermosas personas que sembraron amor y dieron la vida por nosotros.
Corrían lágrimas al hablar con el corazón y la alegría que solo Dios te puede dar, era una plática entre Padre e Hijo y Dios como testigo.
Se le cortaba la voz a Carlos, Carlitos para la familia, al decirle a su Papá lo agradecido que estaba con él y con su Mamá Doña Fina.
"Papá" le decía con voz pausada y cortada "en verdad no me explico como le hicieron tú y Mamá para sacar adelante a sus 13 hijos".
Don Elpidio, no decía nada solo se le quedaba viendo con orgullo y amor que le tenía a su hijo Carlos, Carlitos para la familia.
"Te doy las gracias Papá" continuaba con voz un poco más firme, pero sin alzarla para no faltarle al respeto a su Padre. "Nos cuidaste a mi, a mis hermanos y hermanas, nos dieron escuela, nos vistieron y nunca nos faltó un techo ni salud. Se muy bien que tú y mamá se desvelaban por cuidarnos, amarnos y por muchas tantas cosas de las que hoy me doy cuenta ahora que soy Padre".
"En verdad, gracias papá porque ahora llego cansado a casa y muy apenas tengo tiempo para mi hija y mi esposa. Me recuesto en un sofá y me pregunto ¿cómo le hicieron mis papas para criar a tantos hijos?"
Días antes a Carlos le llegó la respuesta como un rayo que fulminó su cabeza mientras descansaba después de un día de trabajo, era un mensaje de Dios que le ponía en sus pensamientos las más tristes y hermosas cosas de sus Padres.
"Con razón papá usaba casi siempre su mismo pantalón o su misma camisa, por eso mamá siempre se hacía sus propios vestidos, por eso papá llegaba tarde en varias ocasiones al extender su trabajo para sacar tiempo extra, por eso mamá vendía bisutería hecha con migajón de pan, por eso ellos se amaban tanto..."
Una lagrima corría por las mejillas de Carlos mientras recordaba tantas y tantas cosas acerca de sus padres.
"Era su amor por sus hijos los que los mantuvo juntos hasta el final, por eso Papá extraña mucho a Mamá, ese es Amor de Dios, ese que fortalece los corazones de Papá y Mamá y los vuelve uno solo, con mucha fuerza y amor por sus hijos, ¡el Amor de Dios!"
En casa de Carlos nunca faltaron los regaños, los chanclazos y mucho menos las nalgadas, pero ellos siempre inculcaron el Amor a Dios, acudieron a misa sin ser obligados a ir, a todos los confirmaron, los bautizaron he hicieron su primera comunión, su pleitos de pareja solo ellos los sabían y talvez hasta los hermanos mayores las sabían, pero no fue impedimento de llevar a cabo esa misión que Dios les encomendó.
Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo».
(Génesis 1:27-28)
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Quien diría que ese día, sería el último cumpleaños que Carlos pasaría con su Papá, charlaron como dos grandes amigos durante parte de la noche. Ese mismo año falleció Don Elpidio, partió a encontrarse a manos de su amada esposa Doña Fina con el mensaje de sus hijos..."Gracias Papá y gracias Mamá y disfruten de su paseo en el cielo..." |
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Mamá con bugambilias en la mano
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Esperando en Dios hayas leído hasta aquí, te doy las gracias por compartir esta pequeña historia bendecida por Dios,
tu amigo:
Carlos, Carlitos para la familia.
Se agradecido con tus padres, en vida.
Sigue Sonriendo...Siempre!
Y que tengan un hermoso y, respetuoso, Día de todos los Fieles Difuntos.