RECUERDA QUE EL LÍMITE ES EL CIELO
Cuando era un adolescente frecuentemente tenía una pesadilla que como todas las pesadillas me causaba miedo, todo empezaba cuando cerraba los ojos para dormir y descansar de una gran jornada de estudios, diversión y deportes, al fin soltero y jovenzuelo yo estaba, esta pesadilla siempre comenzaba como un sueño tranquilo en que sentía como mi cuerpo poco a poco se aflojaba y mi vista despacito se nublaba pero llegaba un punto que está nubosidad en oscuridad se formaba y poco a poco en profundo abismo se tornaba.
Era el momento en que el miedo empezaba y angustiado mi cuerpo reaccionaba, la primera vez que me sucedió de forma extraña el Padre Nuestro yo rezaba mientras la oscuridad se volvía más pesada.
Era repetir una y otra vez el rezo que mi Padre y mi Madre me enseñaban para cada día que se necesitará.
Y angustiados mis sentidos me ayudaban y de un salto mi cuerpo reaccionaba y enseguida la luz de mi cuarto encendían para que yo despertara y al fin me tranquilizara.
Aun recuerdo que sudoroso y tembloroso mi cuerpo estaba en cada sueño en que la pesadilla regresaba.
Poco a poco esa pesadilla fue desapareciendo pues la Luz de un Padre Nuestro, que El Señor nos compartió, se fue haciendo más fuerte en mi corazón y lo comparto ahora contigo para cuando tu corazón temeroso lo necesitara.
Cada que tu corazón se sienta angustiado recuerda que un rezo de tus labios siempre será lo más preciado para ti y tus seres amados.
No tengas miedo por lo que tenga que llegar, recuerda que pase lo que pase, bueno o malo desde allá arriba se nos ha informado, que el límite siempre será el Cielo tan esperado.
Y tus fuerzas siempre las obtendrás precisamente de quienes te aman y te han amado, aférrate a tus oraciones como náufrago en la roca del río y que tu granito de Fe sea suficiente para despertarte de esa pesadilla que por el momento estuvieras pasando.
Ten Fe y deja que Dios haga Su voluntad
Sigue Sonriendo...Siempre!
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